15/3/09

Semana del 9 al 15 de marzo

1. La Historia secreta de Costaguana, de Juan Gabriel Vásquez. Había leído ya tantos elogios para Vásquez que empezaba a recelar de la cuestión; pero no hay duda, Vásquez es un escritor (ya no digamos colombiano, mundial) de primera línea: juicioso, denso, riguroso con la información (apasionante como historiador), intuitivo y brillante en la narración, impecable en la construcción de personajes. Basta con leer la "biografía" que hace de un rifle Chassepot (páginas 83-90 en mi edición) para notar que no tiene nada que envidiarle al Julian Barnes de la Historia del mundo en diez capítulos y medio, o al mismo Georges Perec. La mejor novela colombiana leída en, al menos, los últimos cinco años.
2. La sesión sobre legitimación, a partir de Berger y Luckmann, en el seminario de semiótica de la cultura en la Javeriana. Una de esas clases en las que uno siente, sincera e ingenuamente, que ha aprendido algo, que los estudiantes han aprendido algo, y que todo ha sucedido con la dosis exacta de rigurosidad, pertinencia y elegancia.
3. Registro de notas del primer corte en la Central. Cada vez que termino estos registros descanso de un modo casi extático. Estas tonterías me hacen comprender la (tonta) frase de cajón "la satisfacción del deber cumplido".
4. El pinguino-delfín (¿cómo se hace la diéresis aquí?) que Silvia me regaló y he decidido poner en la ducha. Casi dan ganas de bañarse varias veces al día para verlo.
5. El bonsai que mi mamá y mi hermana me han dado en plan de rehabilitación (a ellas prácticamente se les ha muerto). No me molestaría vivir de este trabajo de rehabilitar plantas, de cuidarlas. Ya son seis en el apartamento (a todas les va muy bien) y he decidido que, cuando grande, quiero tener un vivero.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Laura es alguien que te has cruzado por ahí al menos un par de veces, pero que obviamente no has visto... ( ) Supongo que la banalidad de que se te pierdan los verbos no es suficiente para que mires por una vez…
Y yo te gano en el numero de matas en el apartamento, tengo ocho y creo que desde mañana van a ser nueve; tu decisión de grande me inspiro…

Anónimo dijo...

Me he dado a la tarea de leer tu blog con algunos saltos ocasionales y lo increíblemente pretencioso de la mente humana es que cuando te veo al día siguiente ¡casi siento que dormí contigo!