31/8/08

Semana del 25 al 31 de agosto

1. Life Lessons, de Martin Scorsese. Corto cinematográfico que hace parte de la desigual trilogía New York Stories (con Allen y Coppola). Primero, un excelente papel del siempre grande Nick Nolte. Luego, una historia retorcida, densa, sobre las relaciones entre un hombre ya viejo (o casi) y una joven perturbadora (un tipo de historia que me obsesiona). Pero sobre todo la violencia silenciosa que Scorsese logra introducir en la atmósfera del corto. Clásico.
2. Nessun Dorma, aria de Turandot, la opera de Puccini. Descubierta precisamente en Life Lessons. Un aria que realmente corta la respiración.
3. Los Desaparecidos, la exposición que por estos días se presenta en el Museo de Arte Moderno. La obra que ocupa todo el sótano, Identidad, es literalmente impresionante; es decir, causa una impresión profunda, pesada, opresiva (valga la cacofonía). Después de verla, recorrerla, leerla, cuestra trabajo subir las escaleras, respirar, pensar, vivir.
4. Happiness, de Tod Solondz. Hace mucho quería ver esta película, tan alabada, y aunque me decepcionó un poco, hay que decirlo, tiene un par de escenas impagables (Allen y Kristina bailando en el bar; los compañeros de trabajo de Joy tratando de recordar a su colega muerto). Tal vez la decepción tiene que ver con la ola de películas similares (Todd Field, Miranda July, Harmony Korine) que, por diferentes razones, he visto últimamente, y que empiezan a aburrirme.
5. El raro impulso de interesarme de nuevo, digamos legítimamente, sin demasiado asomo de ironía o hastío, a la teoría. Seguramente la expectativa de otra ponencia en otro evento académico, esta vez con mayor rango de decisión para mí. Lo cierto es que estoy leyendo (y disfrutando) a Richard Sennett y a otros, y eso, tal vez, está bien.

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