28/7/08

Semana del 21 al 27 de julio

1. Juan Gelman: ya hace un par de meses había expresado aquí mi estupor frente a los Poemas de Sidney West; ahora he conseguido la antología más importante de Gelman hasta hoy: Pesar Todo. He confirmado sin lugar a dudas que Gelman es el poeta latinoamericano que más me gusta leer. Mi top cinco (provisional, como siempre) de poetas latinoamericanos queda así: 1. Juan Gelman 2. Cesar Vallejo 3. Álvaro Mutis 4. Roberto Juarroz 5. Nicanor Parra.
2. Los aforismos de Arthur Schnitzler (encontrados por casualidad en el último rincón de saldos de la librería Herder). Schnitzler está a la altura del propio Lichtenberg. En el otro blog dejo una prueba.
3. Rick Moody y George Saunders (y, de nuevo, la famosa "next generation" gringa). Dias en Garden State, de Moody, y Pastoralia, de Saunders, ofrecen los retratos más crudos y conmovedores de las clases medias-bajas suburbanas en Estados Unidos, que aparecen como una deprimente alegoría de nuestra época.
4. Edmund Wilson. Recomendado por Mishra, Wilson es la revelación del año (para mí, por supuesto) en crítica literaria. He leido ya dos de sus libros esta semana, y pienso agotar todo lo que esté disponible en Bogotá. Sus lecturas de Flaubert, de Sófocles, de Marx, de Hemingway, son, sin duda, sólidos ejemplos de lucidez, pasión y concreción.
5. Dios (una comedia), la obra de teatro escrita por Woody Allen: experimento radical con los límites de la meta-narrativa y, al tiempo, uno de los laberintos metafísicos más intrincados en que uno pueda meterse.

20/7/08

Semana del 14 al 20 de julio

1. Viaje intempestivo, no diré a dónde (¿que quiero decir con eso en un texto que escribo casi para mí?). Dos cosas: el olor a tierra caliente y la certeza, al fin comprobada, de que es posible huir en cualquier momento. Lejos de aquí, tal es mi meta, diría Vila-Matas.
2. Grado. Aunque no es más que una especie de curiosidad estadística, resulta que soy el primer maestro en estudios culturales titulado en este país. La ceremonía, discreta, con amenazas de belleza; mi familia, exultante (quizá yo también).
3. Gran sofá rojo. Cambió radicalmente la casa y, por ese camino, empiezo a sentir que me está cambiando a mí, aunque aún no comprendo muy bien cómo.
4. Los románticos, de Pankaj Mishra. Algo así como La educación sentimental en India. No recuerdo haber leido a un narrador en primera persona tan extrañado de sí mismo y, al mismo tiempo, tan lúcido en su análisis de sus relaciones con los otros. Cándido (incluso ingenuo), apasionado (pero tránquilo), sensato (y errático), Saman es un personaje que no se olvida con facilidad.
5. Jarvis Cocker, con Pulp o como solista; escucho una y otra vez su álbum Jarvis, especialmente Heavy weather: But I don't mind the rain / So strike me once again / I got nothing to lose.

13/7/08

Semana del 7 al 13 de julio

1. Las "casualidades" austerianas que me han venido sucediendo, y esta frase de Freud, que encontré hoy, y se les suma: "la acumulación pone fin a la impresión del azar" (¡?).
2. Windows on the World, de Frederic Beigbeder. Una novela-diario-ensayo-reportaje que tiene momentos emocionantes y conmovedores (que me obligaron a leerla de una sentada), "equilibrados" con la acrimonia, el cinismo o el desencanto de la constante reflexividad de Beigbeder. Creo que es el tono que he estado buscando, no sé si con éxito, en lo que yo mismo escribo.
3. Cuba. O el relato que el pollo hace de Cuba. O la muñeca doble medio vudú que me trajo. O la gorra. O la moneda con la efigie de Ernesto Guevara. O el pocillo. O la secuencia de El Padrino II en la que Michael Corleone está en La Habana durante la entrada de Fidel Castro, el 31 de diciembre de 1959.
4. Luis Caballero, de nuevo y como siempre. Pero de nuevo esta semana, por haber conseguido muy barato (casualidad austeriana) el más voluminoso de sus catálogos.
5. Tenis. Jugando de nuevo. Planeando jugar periodicamente (una vez a la semana) durante el semestre que comienza.

7/7/08

Semana del 30 de junio al 6 de julio

1. Karl Marx o el espíritu del mundo, de Jacques Attali. Una biografía muy juiciosa, muy bien escrita, apasionante, que encuentra el equilibrio de la paradójica expresión "biografía intelectual". Más que de Attali, por supuesto, se trata del propio Marx, que, por ejemplo, a los 25 años (al doctorarse en filosofía) había traducido a Demócrito desde el griego y a Tácito desde el latín, escribía la Miseria de la filosofía en francés, había aprendido inglés e italiano a fuerza de leerlos y hablaba, por supuesto, alemán.
2. Experimentos con la verdad, de Paul Auster. Cada vez reconozco más a Vila-Matas en Auster, y viceversa. Especialmente aquí, en donde, desde el título, el lector se ve reducido a olvidar los límites entre "ficción" y "realidad" (y la escritura en medio). La historia sobre cómo se hizo escritor (en busca del autografo de Willie Mays) es una pequeña joya.
3. Endlessly, de Muse. O Muse, todo. Creo que he escuchado el Absolution unas cinco veces esta semana, y he memorizado Endlessly hasta casi soñar con ella.
4. Vuelta a las pulgas de la 24, después de dos meses o más. Encontré, entre otras cosas, Inland Empire, de Lynch, y las Historias del cine, de Godard.
5. El jueves con Diana y Angélica, el viernes con Diana, Carlos y Fernando. Siempre en la misma silla.