1. Cada vez es más difícil entrar y salir del centro histórico de Bogotá, de manera que cuando voy trato de hacer la expedición completa, especialmente entre las carreras séptima y décima y las calles sexta y doce, una zona que siempre me ha parecido hermosa y me da nostalgia de tiempos que no viví, en los que fue un lugar imponente. Ahora se ve caer a pedazos y esa decadencia también es, de algún modo morboso, bella.
2. La exposición de fotografías de Jorge Obando que por estos días puede verse en la Casa de Moneda. No sólo el formato de las fotografías panorámicas es increíble; también tengo una fijación con la época que retratan (la primera mitad del siglo pasado) que por alguna razón he idealizado como una época decente de personas trabajadoras
http://www.flickr.com/photos/eafit/sets/72157627516908456/
3. A propósito de la traducción al castellano de
Freedom (que compraré mañana mismo sin falta), me encontré esta semana con este excelente ensayo (no sé bien por qué se lo cataloga como ensayo, a mí me parece más bien una crónica) que Kathryn Chetkovich escribió sobre su relación con Jonathan Franzen y sobre la envidia que siente por su obra, siendo ella también una escritora. El texto se titula apropiadamente
Envy http://digilib.bc.edu/reserves/en010/sous/en01011.pdf
4. Los objetos que Jennifer Collier hace con papel
http://jennifercollier.co.uk/
5. Después de tanto que se ha hablado de Sam Savage (sobre todo de
Firmin, su best-seller) decidí leer
El lamento del perezoso. Lo dejé a la mitad. Aunque me gustó, supe que no necesitaba leer más. Es divertido, pero no es mucho más que eso. Me pareció un un cruce entre dos grandes con los que no puede compararse:
The anthologist de Nicholson Baker, y
Herzog de Saul Bellow.