15/4/12

Semana del 9 al 15 de abril

1. Vi a Pulp en concierto. O, mejor, vi a Jarvis Cocker en concierto. Un tipo que sabe comportarse como una estrella, desde que, a los 20 años, saboteó una presentación de Michael Jackson (y Noel Gallagher dijo que debieran nombrarlo Caballero), hasta hoy, que tiene 50, y sin embargo salta, baila, grita y se toma el escenario como nadie; se trepa a los balcones, cita a Scott Fitzgerald (lo hizo, literalmente), hace un gesto y dice "this means Jarvis" y, sobre todo, canta; canta como en los discos que yo he escuchado y tarareado durante tantos años, como en mi venerado Freaks, como, en fin, digamos, aquí: http://bit.ly/nHiytC
2. En otro registro (muy otro) compré un disco de Charlie Haden en el que hace versiones de folk y country. Una cosa exasperantemente gringa por la que tengo un gusto culpable. Me gustó especialmente la versión de Spiritual que hace ahí Josh Haden (no se consigue esa versión en Youtube, hay muchas versiones -algunas muy malas- pero no esa).
3. Compré un volumen de poemas de Billy Collins, The trouble with poetry. Diría que es como el Nicholson Baker de la poesía. Aquí hay algunos poemas suyos, con la traducción y la versión original, por si se animan:
http://www.adamar.org/ivepoca/node/399 Posiblemente en unos días, con más tiempo, haga mis propias traducciones de algunos poemas que me han encantado y creo que no están traducidos.
4. Por motivos oscuros me arriesgue a leer una novela de Antal Szerb, Oliver VII, sin saber apenas nada de él.  Resultó genial. Después de un par de frustraciones con Cees Nooteboom y Philip Roth, dos escritores "consagrados", Szerb, un desconocido, me devolvió la pasión por la literatura. Tiene un cierto aire a Alfred Jarry y, curiosamente, me recuerda mucho el humor de Jorge Ibarguengoitia (otro relativamente desconocido que merece muchos más lectores).
5. El Museum of the Moving Image http://www.movingimage.us/ Una mezcla muy interesante de memorabilia para geeks cinéfilos (está, digamos, Yoda, o la ropa de Bill Cosby), experimentación pura y dura (salas de video-arte y cine radicalmente incomprensible), interactividad (uno se puede sentar a escuchar bandas sonoras todo el día), y hasta arquitectura contemporánea (el edificio es muy interesante). Lo mejor es que, por estar en Queens, es muy poco visitado.

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