23/8/11

Semana del 15 al 21 de agosto

1. La historia de Horacio, de Tomás González. Seguí leyendo a González, aprovechando el impulso, y de nuevo me gustó mucho. Esta novela no es tan minimalista como Primero estaba el mar, pero conserva ese fondo trágico en el que González sabe esconder una alegría extraña y profunda que queda perfectamente expresada en las últimas líneas de la novela: "Lástima, pensó Horacio. Qué belleza, lástima, maldita sea".
2. Sembramos una ceiba, o varias, y, como suele decirse, "prendieron". Ahora veo cada día como crecen lentamente las pequeñas maticas que seguramente vivirán cinco veces más que yo, algo que me asusta y me asombra.
3. Me ha gustado mucho trabajar como asistente en el seminario de Teorías Antropológicas. Es la primera vez que debo ir lentamente por autores y teorías que siempre me salté de un modo u otro. Sobre todo he notado que no había problema en saltárselos, pero está resultando divertida la confirmación.
4. Me gustan los supermercados grandes y bien surtidos. Caigo complacida y fácilmente en la trampa de la "abundancia". Si hay más de veinte variedades de salsas para pastas me siento agradecido con la sociedad de consumo. y puedo mirar los frascos por largo tiempo sin comprar ninguno.
5. Sin estar buscando nada, como suele pasar, me encontré en una feria con el libro Petróleo, economía y cultura, de Ángela Uribe Botero. Es una interesante reflexión sobre la inconmensurabilidad de valores económicos y culturales en el caso de las negociaciones entre la Oxy y los U'wa. No sé por qué ha tenido tan poca difusión. Muy pero muy recomendado.

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