1. La partida Diemer-Tromsdorff (Bagneux, 1975). Absolutamente genial: cada jugada es mejor y más inesperada que la anterior (especialmente 32. Qg4! b3!!!). Convence a cualquiera de la belleza del ajedrez.
2. El libro de Schickel sobre Woody Allen. Muy juicioso, razonablemente arriesgado. Su interpretación de Interiores es genial: "A decir verdad, es una comedia en el sentido chejoviano de la palabra, esto es, una comedia sin los chistes"
3. Los viernes con Diana. Pappardele al teléfono, lluvia, enfermedad, hablar sin parar.
4. La familia Riveros (qué más da). Sólo con ellos se puede jugar un muy mal futbol intergeneracional en el parque bajo la lluvia.
5. La extraña cordialidad de la Javeriana, totalmente desacostumbrada (para mí, al menos).
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